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Las autoescuelas jienenses pierden el 18% de sus alumnos con el gasoil disparado

Un profesor de autoescuela da indicaciones a un alumno en una clase práctica durante la pandemia. / IDEAL

La cifra de los que se sacan el permiso de conducir continúa en una tendencia de claro descenso mientras se enfrentan a una subida de costes

Miguel Ángel Contreras

«Hay una carencia de alumnos muy grande, lo notamos sobre todo ahora en verano. Cuando terminó lo peor de la pandemia tuvimos un repunte de alumnos que no esperábamos y 2021 fue un verano muy bueno. En este fácilmente tendremos un 50% de alumnos menos. No sé si es por miedo, por la crisis, por la subida del IPC o por qué, pero se nota mucho. Estamos ‘asfixiadetes’». Quien habla es Juan Carlos Peinado, presidente de la Asociación de Autoescuelas de Jaén, de la que forman parte un centenar de las más de 140 que existen actualmente en la provincia. «Hay varias que lo están pasando ya muy mal y hace pocos días ha cerrado definitivamente una, perteneciente al centro de Linares, porque no llegaba», se lamenta. El resto estudia subidas importantes en sus tarifas si la situación sigue igual.

A lo largo del primer semestre de este año se han realizado en Jaén 7.984 pruebas de circulación, de acuerdo con los datos más recientes de la Dirección General de Tráfico (DGT), cuando en el mismo período del año anterior fueron 9.608. El descenso es del 18%. Si bien 2021 todavía contaba con un remanente de candidatos gracias al ‘tapón’ de todos los que no se habían podido examinar en 2020 con la irrupción de la covid, si se toma como referencia 2019, el último año prepandemia, la cifra actual sigue siendo menor (8.250 entonces) y prácticamente cada curso desciende.

Jaén es de los sitios donde menos hay que esperar para examinarse, 15 o 20 días de media, frente a seis meses de algunas ciudades

La crisis económica de 2008 y los años siguientes han afectado especialmente al poder adquisitivo de los jóvenes, que cada vez menos frecuentemente pueden permitirse adquirir un vehículo, y el auge de alternativas de movilidad más sostenible o de carácter público, sobre todo en las ciudades, han supuesto un auténtico cambio de paradigma. El número de jienenses que se sacan el carné de conducir al año es ahora menos de la mitad que en 2008.

Una hora, 25 euros

El principal problema al que se enfrentan ahora, no obstante, es el coste disparado de los combustibles, que si se mantiene les obligará a subir los precios. «Entre luz, combustible, sueldos de empleados al cambiar el convenio al inicio de este año los gastos que tenemos son entre un 25-30% superiores a los de hace un año», señala Peinado.

Un aumento que de momento, asegura, la mayoría no ha repercutido en los clientes, al menos no totalmente. «A primeros de año se subieron los precios por clase y a lo mejor algunas autoescuelas han incrementado 50 céntimos o un euro la clase por el aumento del gasoil, pero eso no cubre el encarecimiento. No puedes echarlo todo sobre el cliente porque los sueldos no suben casi y tampoco pueden soportarlo», considera. El precio de cada clase depende de la autoescuela y de las ofertas, pero se mueve en torno a los 25 euros la hora.

El menor número de alumnos y el auge del coste del combustible ha complicado sobremanera las cuentas de estos negocios, aunque hay otros problemas como, a su juicio, la organización. «Influye también el nuevo sistema de la DGT de asignación de pruebas, que si tú tienes ocho para examinarse y te dan cinco plazas, tres se quedan fuera», se queja.

Aun así, la provincia de Jaén es, «probablemente con Huelva y Sevilla, la que mejor está de España en cuanto a examinadores y esperas para los exámenes. En un año se jubilan varios y veremos, pero ahora mismo estamos bien», señala. De hecho, durante el año ha habido semanas en que ‘sobraban’ examinadores (a cada uno le corresponde unos doce exámenes diarios) y tenían que realizar otro tipo de funciones, como de inspección.

Para el examen de circulación la espera es «de en torno a 15 o 20 días en la provincia, los teóricos los hacemos cada cinco días y el de circuito cerrado cada ocho o diez».

Uno de los indicadores que muestra una clara mejoría en la serie estadística de la DGT es el del porcentaje de alumnos que se presentan a un examen práctico de conducción y aprueba. En 2021, la cota se situó en el 56,7% del conjunto, más de dos puntos por encima del registro de 2020, lo que lo convierte en el más alto del período.

Una evolución que las autoescuelas achacan a que están haciendo mayores esfuerzos por amarrar el aprobado precisamente porque la falta de personal implica que un suspenso puede traer consigo una larga espera para poder volver a examinarse.

Ni eléctricos ni híbridos

En el caso de Jaén, la mayoría de los que se preparan la prueba lo hacen todavía con coches manuales con motor de combustión. No obstante, «empieza a haber cada vez más demanda de híbridos automáticos e incluso eléctricos, sobre todo en las ciudades donde se ven más, en núcleos más pequeños no. Cuando te sacas el carné y coges el coche suele ser el de casa y si es así pues mejor aprender con uno igual», razona Peinado. Eso sí, todavía son pocas las que tienen híbridos y solo una a día de hoy un eléctrico, que además ha sido pionera en Andalucía. Un Renault Twingo eléctrico y automático, que ha incorporado a su flota la Autoescuela XL Formación Vial, de Jaén.

La asociación jienense, integrada en la Confederación Nacional de Autoescuelas (CNAE), se une a la petición de esta al Gobierno reclamando las mismas ayudas acordadas para el sector del transporte, «muy merecidas, igual que a taxistas y VTC. Pedimos algún tipo de ayuda o si se determina un gasoil profesional poder optar a él», subraya Peinado.

«Hay dos explicaciones: la crisis económica y que las prioridades de los jóvenes han cambiado»

Hace unos años se antojaba prácticamente un ritual de la vida adulta: llegar a los dieciocho era sinónimo de sacarse el carné de conducir y de la libertad que este otorgaba aunque fuera con el coche familiar. La situación actualmente ha cambiado radicalmente, por motivos económicos pero también sociológicos.

«Hay dos grandes razones que explican este descenso: hay una crisis económica muy importante y la gente se lo piensa ‘muy mucho’ a la hora de gastar ese dinero; y las prioridades de los jóvenes han cambiado y hay otros hábitos de movilidad. Prefieren invertir en nuevas tecnologías, en un móvil por ejemplo, o en vacaciones, antes que sacarse el carné», explica Juan Diego Ramírez, jefe provincial de Tráfico de Jaén. El carné puede costar en torno a 700 euros, aunque depende de muchos factores, como el número de clases que se necesiten y de los intentos necesarios para aprobar.

Al factor económico, los cambios en las prioridades de los jóvenes y el descenso de la natalidad, se unen los avances en la movilidad que se han producido en la última década, que invitan a repensarse la necesidad de obtener el permiso de conducir. Al transporte público se han unido en estos años alternativas al vehículo propio que se ha consolidado de forma definitiva en el último lustro: el uso del coche compartido, en especial a través de plataformas como Blablacar o Amovens.

Ambas tienen un éxito considerable en la provincia, donde existe un importante volumen de población flotante debido a los estudiantes que desembarcan cada año en la capital para estudiar en la Universidad y que viajan a menudo a sus lugares de origen.

A pesar de la reducción de la plantilla de examinadores, Ramírez adelanta que no habrá problemas para absorber al mayor número de pretendientes al permiso. Verano «es la época más fuerte, viene mucha gente de vacaciones», y hay menos examinadores, pero hasta finales de junio había más examinadores que alumnos les correspondían por cada uno.

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